Introducción
Según el Primer Estudio Mundial llevado adelante por la ONG Internacional Bullying Sin Fronteras para América, Europa, Africa, Oceanía y Asia; realizado entre enero de 2020 y diciembre de 2021, los casos de acoso escolar o bullying en todo el mundo han aumentado en forma explosiva con relación a las últimas mediciones que estaban disponibles en 1990. El podio mundial de acoso escolar lo ocupan México, donde 7 de cada 10 niños y adolescentes sufren todos los días algún tipo de acoso. Estados Unidos de América con 6 de cada 10 niños y adolescentes sufren acoso escolar y muy cerca China donde casi 6 jóvenes y niños por cada 10 sufren el flagelo. Por esta causa, y como una medida extrema, muchos gobiernos recomendaron la prohibición de dispositivos móviles en el aula.
Nueve de cada diez víctimas de acoso o bullying tanto de forma presencial como mediante el empleo de las nuevas tecnologías sufren algún tipo de problema psicológico como depresión, ansiedad o miedo permanente, según el último Estudio sobre el bullying y el ciberacoso elaborado por la Fundación Anar y la Fundación Mutua Madrileña. Los expertos abogan por la necesidad de aceptar que el acoso existe, que es un problema que afecta dentro y fuera de las aulas y que, por lo tanto, es necesario tomar medidas para prevenirlo, reducir los casos y minimizar sus consecuencias.
El método KiVa es un programa contra el acoso escolar creado en 2006 gracias a la alianza entre el Gobierno de Finlandia y la comunidad educativa para afrontar esta problemática. Pese a que el sistema educativo finlandés está reconocido por su excelencia a nivel global, sus estudiantes se enfrentan a las mismas situaciones de acoso que en otros países. La preocupación por el incremento de casos de acoso llevó al Ministerio de Educación a encargar a un grupo de expertos en psicología infantil y acoso escolar el desarrollo de un programa específico para abordar la situación. El término KiVa surge de la unión de las palabras “Kiusaamista Vastaan” (en finlandés, contra el acoso escolar). En la actualidad, este método es aplicado en el 90% de las escuelas de Finlandia de educación básica, y su éxito es tal que se ha convertido en una herramienta imprescindible a la hora de valorar y escoger cualquier centro del sistema educativo finlandés, tanto para trabajar, en el caso de los profesores, como para estudiar, en el caso de los estudiantes, demostrando que el programa reduce de forma significativa los acontecimientos que culminan con el acoso, ayudando a motivar a los estudiantes y a obtener mejores resultados académicos.
El programa KiVa fue creado a propuesta del gobierno finlandés y la comunidad educativa; “el proyecto comenzó a introducirse de forma aleatoria en los colegios finlandés”, explica Christina Salmivalli, profesora de Psicología y una de las creadoras del programa. Años después se realizó un estudio para ver cómo evolucionaba el programa y la incidencia que este tenía en los estudiantes. Los resultados fueron apoteósicos: el programa KiVa había disminuido todos los tipos de acoso en los institutos y colegios. El cerco al bullying había empezado a funcionar; de hecho, el acoso escolar desapareció en el 80% de los centros escolares. .
Funcionamiento del método KiVa
El método KiVa propone una forma distinta de abordar el problema del acoso escolar, porque éste es un comportamiento grupal, todos los niños forman parte del hecho, ya sea en el rol de agresores, víctimas u observadores. De esta manera, este programa se enfoca en actuar sobre quienes, por acción u omisión, colaboran en la violencia, en lugar de centrarse solo en la relación entre víctima y acosador. Es decir, se implica en la resolución del problema a los testigos del acoso: compañeros y compañeras que ríen o fomentan las situaciones de confrontación y aquellos que evitan implicarse por miedo o por cualquier otra razón.
Así, el método KiVa consiste en no centrarse en la dialéctica de la confrontación entre víctima y acosador (ni tratar a la víctima para que sea más extravertida ni intentar cambiar al acosador para que desarrolle empatía) sino que se basa en la actuación sobre los alumnos testigos que presentes en la situación. En muchos casos, estos espectadores interiorizan que lo que pasa es normal, incluso divertido, aunque tengan una opinión subyacente diferente. Lo que se pretende hacer a través del método es influir en dichos espectadores para que no participen indirectamente en el acoso. Si esto se consigue, el acosador, que necesita de reconocimiento para proseguir con el bullying, deja de acosar a causa de que no le aporta ningún beneficio. Al evitar que los testigos sean cómplices, el acosador pierde la posición de poder con la que siente que su conducta queda avalada en el grupo.
El éxito del método KiVa se apoya en seis etapas:
1) Metodología
Es un programa estructurado y con una implementación sencilla para los centros educativos. En el programa KiVa los estudiantes son instruidos en unas 20 clases a los 7, 10 y 13 años (edades clave en el desarrollo del menor) para identificar las diferentes formas de bullying. De este modo ya son concientizados desde bien pequeños. Incluye una serie de materiales concretos disponibles para los docentes para realizar juegos, dinámicas y trabajos en los que se abordan diferentes aspectos del conflicto.
Hay diez temarios y trabajos que se realizan a lo largo del curso y donde se enseñan valores morales como la empatía y el respeto por los demás. Se utilizan gran cantidad de recursos: charlas, videojuegos, manuales para el profesorado, vigilancia en el recreo, largometrajes… incluso un buzón virtual para denunciar si son testigos o víctimas de acoso escolar.
En toda escuela el director elige un equipo KiVa integrado por tres adultos que detectan y investigan los casos de acoso escolar. Primero determinan si el acoso es puntual o permanente. Después hablan con la víctima para tranquilizarla. Posteriormente hablan con los acosadores para sensibilizarlos y luego con los testigos, que son la piedra angular del programa.
El programa KiVa no solo trabaja la prevención del acoso escolar en el aula, sino que también ofrece herramientas a los docentes para intervenir en los casos en los que ya se ha producido el acoso. En este sentido, se ayuda a las víctimas en los síntomas que acompañan al acoso como la ansiedad, la depresión o la inseguridad y se dota de habilidades al acosador para expresar sus sentimientos de otra forma.
2) Formación de los docentes
El programa ofrece herramientas a los profesores para identificar los hechos de acoso escolar, se ha desarrollado una serie de materiales y herramientas para que los profesores identifiquen los casos de acoso y puedan intervenir e influenciar en los estudiantes para que se rechacen estos comportamientos.
3) Inclusión de la comunidad escolar
Uno de los ejes fundamentales de KiVa es que aborda la problemática de forma transversal e implica a todos los grupos que componen la comunidad más allá de la víctima y el agresor: los docentes, los alumnos y las familias están alineados con el rechazo al acoso. Empezar a trabajar desde la infancia con los niños estos aspectos en el colegio es fundamental. A través de juegos y ejercicios se les fomenta un análisis crítico de los abusos de los acosadores y a gestionar mejor sus emociones. Solo a través de la prevención se sensibiliza a los alumnos y se consigue que rechacen estos comportamientos.
4) Prevención
Los ejes centrales del programa son involucrar a todos los estamentos relacionados (docentes, alumnos, padres y agresores) y movilizar a los niños que presencian las agresiones a rechazar estas actuaciones, aunque no participen en ellas de forma directa. Pone el foco en evitar que la violencia sea la vía de resolución de conflictos y empieza a trabajar esta forma de actuar desde que los estudiantes son muy pequeños. Se desarrollan juegos, actividades y trabajos, en función de la edad de los alumnos para sensibilizar sobre el acoso y sus consecuencias.
5) Intervención
El programa cuenta con acciones concretas para los casos en que un estudiante está sufriendo acoso escolar. Se dirigen tanto al acosador como a la víctima e integra a un pequeño grupo del entorno de la víctima para que le den apoyo y se resuelva la situación.
6) Supervisión
El método implica también un seguimiento de los avances que se vayan logrando en cada grupo y cuenta con una herramienta de supervisión online para dejar constancia de las actividades implementadas y de su impacto. Se evalúan de forma permanente los cambios que se van produciendo en los estudiantes. De esta forma, se comprueba, por ejemplo, el nivel de rechazo de los estudiantes ante las actitudes abusivas de los agresores.
Conclusiones
Es fundamental considerar el acoso escolar como un hecho que incluye un comportamiento grupal, donde, además del agresor y la víctima, los observadores o participantes tienen un rol fundamental; y es allí donde se enfoca el programa, trabajando sobre el contexto donde se produjo el acoso. La efectividad del programa KiVa a hecho que diversos países se interesen en su metodología y comiencen a implantarlo, sin embargo, como sucede con otros programas de otros países, es fundamental adaptarlo al contexto particular que presenta en cada institución educativa, ya que el sesgo cultural y social también tiene que ser considerado en la implementación de este tipo de metodología para que se logre avances positivos.
Fuentes
1) ¿Qué es el método KiVa? Consejos para aplicarlo en el aula frente al acoso escolar: https://www.unir.net/educacion/revista/metodo-kiva/
2) El método KiVa, una idea que está acabando con el bullying: https://psicologiaymente.com/desarrollo/metodo-kiva-bullying
3) Método KiVa: contra el bullying en los colegios: https://incitandoacrecer.com/aprendiendo/ensenanza-educacion/kiva-contra-el-bullying-en-los-colegios
4) Estadísticas Mundiales de Bullying 2020/2021: https://bullyingsinfronteras.blogspot.com/2018/10/estadisticas-mundiales-de-bullying_29.html#:~:text=El%20podio%20mundial%20de%20bullying,cada%2010%20sufren%20el%20flagelo.
5) Foto de RODNAE Productions en Pexels