Un poco de historia

El año 2023 UNESCO presentó en Montevideo, Uruguay, el Informe Global de Monitoreo de la Educación (GEM 2023), en el cual advirtió, entre los aspectos negativos de la tecnología, sobre las consecuencias de su uso excesivo, especialmente de celulares y computadoras en el aprendizaje de los estudiantes. De acuerdo al estudio, el uso de smartphones y computadoras interrumpe la actividad de aprendizaje de los niños y jóvenes, pero no solamente en las aulas, sino también en sus hogares. Un reciente meta-análisis que incluyó a alumnos desde el nivel preescolar hasta el nivel superior en un total de 14 países encontró efectos negativos en la relación entre el uso de teléfonos móviles y los resultados educativos, especialmente a nivel universitario. El declive se atribuyó principalmente a la creciente distracción y al tiempo dedicado a actividades no académicas durante las horas de estudio.

A pesar de las ventajas evidentes que las herramientas digitales pueden ofrecer en la educación, algunos países comenzaron a prohibir el uso de dispositivos móviles en las escuelas. La prohibición de los dispositivos móviles y otras tecnologías (como el Chat GPT y recursos IA) en el aula tiene su historia, según el mismo informe, estudios realizados en Bélgica, España y el Reino Unido revelaron que la prohibición de los teléfonos móviles en las escuelas mejora el rendimiento académico, sobre todo en estudiantes con bajo desempeño. En estos últimos tiempos se adhirió el estado de Florida donde argumenta que la prohibición está en línea con las discusiones sobre dispositivos que afectan la atención de los estudiantes, la comprensión de los contenidos didácticos, la relación entre estudiantes y profesores y su propio bienestar, considerando que la exposición constante a las pantallas puede afectar el desarrollo psicomotor”, comenta Thais Rugolo , abogado especializado en derecho infantil.

Dispositivos móviles en el aula
Dispositivos móviles en la escuela

Ya en 2018, Francia propuso una ley que establece a excepción de aquellos lugares en los que el reglamento lo autorice, los alumnos no podrán utilizar el dispositivo móvil en las escuelas primarias, secundarias e institutos. El texto defendido por LREM (La República en Marcha), el partido de Macron, consideraba que su uso “provoca numerosas disfunciones incompatibles con la mejora del clima escolar” y que su prohibición permitirá garantizar un entorno que favorezca la concentración. Incluso en el recreo, apunta, “puede ser nefasto al reducir la actividad física y limitar las interacciones sociales”. Su uso, según los diputados, es susceptible de fomentar prácticas de riesgo como el ciberacoso o el cibersexismo, así como de exponer a los estudiantes a “contenidos violentos o chocantes”, como la pornografía. La propuesta detalla que la medida no afecta al “uso pedagógico” de esos dispositivos, dentro de un “proyecto educativo preciso y controlado por el personal educativo”. 

Volviendo a nuestro contexto, esta medida va en contramano de algunas propuestas gubernamentales que buscan garantizar la alfabetización digital para el aprendizaje de competencias y saberes necesarios para la integración en la cultura digital y la sociedad del futuro para toda la comunidad educativa. 

El empleo de medios tecnológicos en época de pandemia

Durante el año 2020 y 2021 y a causa del confinamiento por la pandemia del COVID-19, el uso de los dispositivos tecnológicos tuvieron un rol fundamental en el mantenimiento de las clases, ya que los dispositivos móviles y las clases por videoconferencia sincrónicas (clases remotas) fueron la única salida que tuvo el sistema educativo para seguir impartiendo educación en todos los niveles.

Si bien hubo aciertos y deficiencias que surgieron en la práctica de las clases remotas, sobre todo, en la carencia de infraestructura disponible y las estrategias metodológicas de la práctica docente, la irrupción de la tecnología, muchas veces discutida, fue la única salida. En estos momentos, ya se regresó a la “normalidad” sin considerar la experiencia vivida en la época de aislamiento se vuelve a discutir la influencia que puede tener los dispositivos en la escuela. Se evidencia que no se conocen resultados concretos sobre las experiencias realizadas durante el confinamiento, lo que sería muy valioso para reafirmar los aportes positivos que proporciona las tecnologías y la modalidad remota, como también las dificultades que se presentaron. Considerar que meramente los dispositivos tecnológicos son los responsables de las deficiencias detectadas es un acto simplificatorio, se debe enfocar en un uso responsable, crítico y productivo de las tecnologías en todos los ámbitos, incluso en el educativo.

El impacto que produce

La tecnología por sí misma no define las acciones metodológicas que constituye la práctica docente, la mera prohibición constituye una decisión simplificada de solución al potencial problema que presenta el uso de estos dispositivos (uso irresponsable, como elemento de distracción, sedentarismo, falta de relaciones personales y peligro de ciberdelitos). De la misma manera se podría describir los posibles beneficios que pueden tener en el aula (mayor motivación, enfoque atencional, competencia digital, búsqueda y acceso a la información, trabajo en red, etc.)

¿Quién determina si un determinado objeto puede perjudicar o favorecer instancias de aprendizaje?

¿Por qué no se considera la experiencia que se realizó durante el confinamiento para innovar las clases?

Por los hechos y las medidas preventivas, se presume que por “defecto” son más los perjuicios que las ventajas y aquí surge algo importante: la mediación, los objetos por sí solo no marcan la diferencia, las secuenciación de contenidos, las estrategias, las actividades, diálogos establecidos, como también las consignas de trabajo es el valor agregado que enriquece la práctica docente, más allá de la tecnología aplicada. Prohibir aparatos es ignorar el rol protagónico que tiene el docente, donde de acuerdo a diversas estrategias puede potenciar el uso de estas tecnologías

¿Acaso el marcador y la pizarra tiene un valor intrínseco sin la intervención docente?


Por otro lado, el impedimento del uso de estos medios en horario escolar no garantiza que su potencial peligro o amenaza desaparezca fuera del contexto áulico. Luego de la experiencia de realizar clases remotas ahora surge con fuerza la expansión del aula, combinando los encuentros presenciales con metodologías para que los estudiantes puedan realizar actividades fuera del ámbito físico del aula (aprendizaje sincrónico y asincrónico), utilizando los medios tecnológicos para ese fin.

Lo que es relevante es alfabetizar a los estudiantes, docentes y directivos en el empleo de estos dispositivos, ser usuarios críticos no sólo en el empleo de estas tecnologías, sino también de los contenidos (selección de información relevante, detección de las falsas noticias, etc.) y canales de comunicación que se disponen; todos estos recursos están accesibles al alcance de la mano (o un toque si hilamos fino) y esto habría que extenderlo al contexto extraescolar para que impacte en el entorno social cercano a todos los miembros de la comunidad educativa, de esta manera tendremos usuarios críticos no solo de la tecnología, sino también de la información.

Medidas a tener en cuenta

La formación de los futuros docentes debe contemplar el uso contextualizado de las tecnologías en cualquier momento y lugar (mediante el uso de aplicaciones móviles), en este punto, un análisis sistémico sería válido, ya que las tecnologías deben llegar a utilizarse en forma tan natural como el marcador y la pizarra, para eso los docentes deben disponer de un bagaje de estrategias y recursos para poder llevar a cabo en el momento que crean más conveniente, esto es materia pendiente en el momento de formación del docente. En cuanto a los riesgos de acoso escolar es fundamental la implementación en las instituciones educativas de programas de prevención como el KiVa, desarrollado en Finlandia. Y los estudiantes, condenados al rótulo oxidado de “nativo digital”, deben conocer la potencial implementación de estos medios para aprender, más allá del uso social que proporciona, con el objeto de realizar un empleo más productivo de estos dispositivos. El aula expandida y el aprendizaje híbrido son propuestas válidas para implementar en estos momentos estrategias que saque lo mejor de la modalidad presencial tradicional y de la modalidad remota vivida en tiempos de pandemia, donde el uso de las tecnologías le agrega valor a las estrategias propuestas por el docente.

Referencias

  1. Flórida proíbe celulares nas escolas; esse é o caminho?
  2. Informe de la UNESCO recomienda prohibir el uso de celulares en las escuelas
  3. Global education monitoring report, 2023: technology in education: a tool on whose terms?

Por Luis R. Lara

Profesor e investigador sobre tecnología educativa. Coordinador de contenidos y de cursos de EduCOM

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