1) Introducción
Cuando un docente planifica una clase, realiza un análisis pertinente de acuerdo a los recursos (como ambiente de trabajo, materiales de estudio, dispositivos tecnológicos, metodologías) que dispone en el aula para realizar la práctica docente. En este caso, el aula se comporta como un Escenario Interactivo de Aprendizaje (EIA).
En un EIA, ya sea un aula presencial o a distancia, el docente y los estudiantes interactúan con una gran variedad de recursos disponibles, como la pizarra, marcadores, material impreso (libros, guías de estudio), foros de debate, enlaces a documentos digitales y cuestionarios, entre otros. La organización de estos recursos y canales, su disposición y la secuencia en la que se presentan son aspectos relevantes a tener en cuenta; y, es en este punto, donde el comportamiento de la entropía en función del tiempo puede ser de gran utilidad. Desde esta perspectiva, la entropía provee una nueva perspectiva de análisis acerca de la organización que presentan los recursos involucrados en un ambiente de aprendizaje. Lo que permite definir, de acuerdo a los objetivos propuestos, las características que deben tener, para permitir las interacciones, como también la secuenciación de contenidos y actividades adaptadas al entorno/contexto. La entropía proporciona información acerca de la aleatoriedad y el orden que caracteriza a un sistema; en este punto, conocer las condiciones de apertura sistémica que presenta un espacio de aprendizaje es relevante para la ubicación, la inclusión y la configuración de los recursos.
2) Sistemas educativos cerrados y abiertos
Estamos acostumbrados a escuchar algunos términos como “sistema democrático”, “sistema educativo”, “sistema inmune” pero ¿qué es realmente un sistema? Se define al sistema como un conjunto organizado de elementos cuya interrelación e interacción producen una función determinada, por ello, no se estudia a los sistemas a partir de sus elementos en forma aislada, sino tratándolos a partir de su organización interna, su función, sus interrelaciones, su nivel jerárquico, su capacidad de adaptación y sus reglas de organización y crecimiento. Abordar un análisis sistémico brinda una variedad de beneficios que fortalecen la capacidad de la estructura para enfrentar desafíos, adaptarse a cambios y mejorar continuamente. De esta manera, considerando su relación con el contexto, un sistema puede ser abierto o cerrado:
a) Un sistema educativo cerrado es aquel que opera de manera aislada, con muy poca o ninguna interacción con su entorno. Estos sistemas son rígidos y están más enfocados en mantener sus estructuras y procesos internos que en adaptarse a los cambios externos. La comunicación y la innovación son limitadas, y las oportunidades de mejora y adaptación son escasas. Un curso que puede ser considerado como un sistema cerrado tiene las siguientes características:
- Contenidos y estructura definidos previamente sin posibilidad de cambios: el programa del curso se mantiene fijo e inamovible.
- Limitado intercambio de información con el entorno: poca interacción con noticias y acontecimientos externos de la comunidad fuera del aula.
- Escasa retroalimentación de los estudiantes y mínimos ajustes en base a ella: el curso sigue su curso independientemente de las necesidades de los participantes.
- Énfasis en la transmisión unidireccional de conocimientos del docente a los estudiantes: clases magistrales con poca participación activa.
- Desconexión relativa de la realidad y aplicación práctica de los contenidos: poca vinculación con situaciones reales y problemas actuales.
b) Un sistema educativo abierto es aquel que interactúa activamente con su entorno, adaptándose continuamente a los cambios y demandas externas. Este tipo de sistema es flexible y dinámico, permitiendo la entrada y salida de información, recursos y personas. Los sistemas educativos abiertos promueven la colaboración, la innovación y la inclusión, estando en constante evolución para mejorar y responder a las necesidades de los estudiantes y la comunidad. Un curso académico que puede considerarse un sistema abierto tiene las siguientes características:
- Intercambio continuo de información y conocimiento con el entorno: por ejemplo, permitir que la información externa (como materiales en diversos formatos), invitados especiales y la interacción con la comunidad.
- Retroalimentación constante de los estudiantes y ajustes del curso en base a ello: el curso debe adaptarse a las necesidades e intereses de los participantes, mediante un intercambio de comunicación fluido.
- Fomento de la participación activa y colaborativa de los estudiantes: promover actividades como debates, proyectos grupales y espacios de discusión.
- Conexión con la realidad y aplicación práctica de los conocimientos adquiridos: vincular los temas del curso con situaciones reales y problemas actuales.
- Apertura a la incorporación de nuevos recursos y materiales a lo largo del curso: fllexibilidad para incluir contenidos emergentes y actualizaciones.
Considerando las características analizadas
¿En tus clases prevalece una metodología como un sistema abierto o cerrado?
3) El comportamiento de la entropía en un EIA
Un parámetro sistémico como la entropía nos da indicios de lo organizado o no que está un sistema, es decir, un EIA organizado tiene una entropía que decrece, uno caótico tiene una entropía que aumenta. En consecuencia, en un sistema cerrado, la segunda ley de la termodinámica menciona que la entropía siempre crece, tiende al caos total. En cambio, en uno abierto, de acuerdo a las interacciones que presente con el entorno, la entropía total puede mantenerse constante, e, incluso disminuir, volviéndose un sistema organizado y predecible. En otras palabras, la entropía hace referencia a la disposición estructurada o patrones específicos, se trata de la presencia de relaciones significativas y coherentes entre las partes o elementos que constituyen un sistema.
En un EIA, el objetivo principal es mantener la variación de la entropía del sistema dentro de ciertos límites. Desde esta perspectiva, la apertura sistémica implica que todo el entorno puede influir, desde el perfil del docente y el estudiante como también a los objetivos que persigue la institución educativa e inclusive, las políticas gubernamentales que rigen el funcionamiento macro de toda la estructura.
Es así que el análisis del comportamiento de la entropía, la secuenciación de recursos e interacciones toma relevancia, consideremos algunos ejemplos de cómo podría variar la entropía en las diferentes instancias que pueden acontecer en un curso:
a) Momento en que la entropía puede crecer: el estudiante asume nuevos desafíos y oportunidades.
- Situación de exploración y descubrimiento: se puede percibir un cierto grado de crecimiento de la entropía cuando los estudiantes están indagando herramientas recientemente incorporadas al espacio, la presentación de nuevos conceptos o resolviendo problemas complejos. Esto les permite experimentar, tener dudas y analizar los errores que se pueden cometer en un ambiente más impredecible y diverso. Es el caso de una actividad grupal donde se implemente la estrategia de Aprendizaje Basado en Proyecto (ABP), los estudiantes tienen que resolver un problema complejo desde diversas perspectivas (política, económica y social, por ejemplo) utilizando como canal un documento colaborativo como una wiki. Cada estudiante puede proponer diferentes enfoques o estrategias para solucionar cada fase del problema en un contexto específico.
- Enfoque temático diverso: al fomentar la interacción y la discusión desde múltiples perspectivas, promueve el pensamiento lateral y crítico. Se presenta, por ejemplo, en un espacio de debate sobre un tema histórico, los estudiantes pueden aportar desde diferentes aspectos incluso, desde su experiencia personal. Algunos pueden enfocarse en los aspectos políticos, otros en los sociales, y otros en los económicos. Cada perspectiva agrega una capa de complejidad al tema, convirtiéndose en un sistema más complejo con múltiples variables a considerar.
b) Momento en que la entropía puede disminuir: el estudiante consolida lo que ha aprendido.
- Organización de contenidos: los objetivos de aprendizaje claros, la distribución efectiva del contenido y la presentación estructurada (secuencia lógica) de los temas con su correspondiente material de apoyo, hacen un espacio interactivo más predecible. En un curso se puede presentar la situación donde los módulos del curso virtual como unos videos estén organizados de manera lógica, desde conceptos básicos hasta temas avanzados. Los estudiantes pueden acceder a los materiales de apoyo, actividades y autoevaluaciones de acuerdo con esta estructura. Esto reduce la sensación de caos y aumenta la predictibilidad en el espacio interactivo.
- Retroalimentación, seguimiento y evaluación: cuando el docente utiliza los canales de comunicación para realizar un aporte en el momento justo, tanto en las instancias de consultas y en la devolución de los procesos de evaluación y seguimiento, puede reducir la entropía. Sería positivo que, después de completar una tarea, un estudiante reciba retroalimentación específica y constructiva del docente. Este aporte podría señalar sus fortalezas y áreas a mejorar, proporcionando orientación sobre cómo abordar los futuros desafíos, disminuyendo así la incertidumbre.
c) Momento de oscilaciones controladas de la entropía: mantenimiento del interés y motivación de los estudiantes.
En las etapas iniciales del cursado, la entropía podría aumentar a medida que los estudiantes exploran canales y conceptos nuevos, y luego disminuir a medida que se profundiza en la indagación del contenido o por las retroalimentaciones que se suceden. Por otro lado, la entropía también podría oscilar a medida que los estudiantes realizan una tarea grupal, donde se debate y se generan ideas antes de converger en una solución o propuesta final de la consigna. También puede acontecer cuando el docente inicia la clase exponiendo un hecho enigmático o un misterio histórico para aumentar el interés de los estudiantes. A medida que avanzan en el curso, se exploran conceptos y otros eventos más profundos y complejos. La entropía aumenta cuando los estudiantes se sumergen en nuevos temas o se contraponen argumentos, y luego disminuye a medida que el docente proporciona información adicional y se producen retroalimentaciones para responder consultas o realizando aportes para mantener el interés en una temática determinada.
Que la entropía del sistema no siempre aumente está proporcionando indicios que ese sistema en algún momento se abre. Hay que mencionar que, al abrir el sistema nos lleva hacia la incertidumbre, ya que está sujeto a influencias del entorno, donde se pueden presentar ciertas inestabilidades como, por ejemplo, las intervenciones de los participantes de la clase. Los aportes espontáneos de los estudiantes y el docente no están guionados y no hay ninguna planificación por más minuciosa que sea la puede presagiar; pero dicho desequilibrio, con las intervenciones adecuadas permite que el sistema pueda evolucionar.
El concepto de Oscilación Controlada de la Entropía (OCE), propone una estrategia donde el orden y el desorden pueden convivir armónicamente en un ambiente interactivo de aprendizaje, jugando con la secuenciación de recursos (contenidos y actividades) y retroalimentaciones necesarias para que la entropía del sistema oscile. Entonces, ese crecimiento de la entropía será controlado, ya que el espacio interactivo contará con elementos como una planificación pertinente que guiará el proceso desde su génesis, como también el seguimiento continuo del docente que aportará la retroalimentación y la inclusión de canales cuando lo crea conveniente para que el sistema cumpla con la función encomendada.
Conclusiones
Considerar la OCE es fundamental en la etapa de diseño de los EIA porque permite disponer de recursos y canales necesarios para mantener un equilibrio dinámico entre el orden y el desorden. Un ambiente de aprendizaje efectivo debe buscar mantener un comportamiento óptimo de la entropía, ni demasiado alto (generando confusión) ni demasiado bajo (resultando aburrido). La OCE implica variar controladamente entre una estructura organizada y la libertad que predispone el caos. Esto significa que el EIA debe presentar un nivel de desafío y novedad suficiente para estimular el aprendizaje, sin generar frustración. Por ejemplo, un profesor que introduce nuevos conceptos de manera gradual (aumentando la entropía) y luego proporciona ejemplos concretos (disminuyendo la entropía), mantiene este equilibrio dinámico. En cuanto al diseño de un EIA, lo que se propone es crear un espacio interactivo donde existan canales que permitan la variación permanente de la entropía, a veces creciendo y a veces disminuyendo. El desafío de estos ambientes de aprendizaje es encontrar una oscilación permanente entre el orden y la desorganización de la estructura; en este sentido, la clave es considerar al escenario como un sistema que a veces funciona como abierto y luego como cerrado, con una estructura básica (con contenidos diversos y canales de comunicación) que irá creciendo armónicamente con la incorporación de elementos a medida que se desarrolle el curso.
La Inteligencia Artificial (IA) también podría ser de mucha ayuda al implementar estrategias automatizadas de oscilaciones controladas. Una OCE permite que un ambiente de aprendizaje sea más interactivo y dinámico; en este caso, la presencia y secuenciación planificada de los recursos y canales son relevantes. Es claro que estos EIA son sistemas abiertos, y que están a merced de flujos que provienen del entorno creando perturbaciones e inestabilidades en la estructura, pero la asimilación adecuada de los mismos, no su eliminación o neutralización, es la que permitirá que el sistema siga funcionando (y evolucionando). Ése es el verdadero desafío del docente: asumir la incertidumbre, lo inesperado como un elemento más a tener en cuenta cuando interactuamos con nuestros estudiantes en una clase.
Fuente de información
Lara, L. R. (2024). El escenario interactivo de aprendizaje: diseño, metodología y entropía. Potencia Editora.