Introducción

En estos momentos, por efecto de la pandemia la Argentina y en otros países se decretó transitoriamente la suspensión de las clases presenciales, en tanto en el resto del mundo cerca de 1600 millones de niños, adolescentes y jóvenes se han visto afectados por esta circunstancia, 94% del total, al igual que más de 60 millones de docentes abocados a un cambio radical y abrupto de modalidad. De ahí que UNESCO alentó a los diferentes gobiernos al uso de metodologías cercanas a la educación a distancia, aprovechando las posibilidades que ofrecen las tecnologías.

La educación remota por emergencia sanitaria (por pandemia COVID-19) abarca todos los niveles educativos (inicial, primario, secundario, terciario, universitario), la prioridad es que los estudiantes no pierdan el contacto con sus compañeros, profesores y maestros. La velocidad en que se declaró la emergencia produjo que se impartiera la educación remota, emergencia en el sentido de que no se pudo disponer del tiempo necesario para realizar todas las actividades previas (planificación estratégica) que se realizan en la modalidad a distancia, los maestros, profesores y estudiantes viven bajo un contexto desfavorable, en situación de aislamiento, en espacios compartidos por el entorno familiar y con situaciones particulares provenientes de cada núcleo familiar, con infraestructura muy dispar, bajo una modalidad diferente a la que estaban acostumbrados.

Enfocándonos en el nivel educativo primario y secundario, los estudiantes no tienen experiencia en la educación mediada por tecnologías, más allá de los programas gubernamentales de inclusión de las tecnologías en la escuela, la autorregulación es muy limitada porque están acostumbrados a los horarios obligatorios presenciales que imponen la institución educativa. Por otro lado, los docentes están transitando muchas inquietudes bajo un escenario de incertidumbre, se suspenden o se inician las actividades sin ninguna planificación previa, se actúa sobre la marcha donde la utilización de los recursos, reglamentos, recomendaciones por parte de las instituciones educativas son muy disímiles, muchas veces son muy ambiciosos y no considera las limitaciones que presenta cada contexto, de esta manera surgen muchas preguntas:

¿de qué manera podemos usar la tecnología en el aula? ¿hasta dónde flexibilizar el cursado?

¿cambian nuestros objetivos curriculares en la situación actual?

¿las acciones que se están realizando deberán ser revalidadas en alguna instancia presencial?

¿qué sucede con las distintas instancias de evaluación?

Para las Naciones Unidas (2020) la crisis provocada por la COVID-19 y la interrupción sin precedentes de la educación está lejos de concluir y en todo el mundo gobiernos, sindicatos, padres y niños están en la incertidumbre sobre la fecha y el modo en que se debe abordar la siguiente fase. Los países han empezado a planificar, de acuerdo su contexto, la reapertura de escuelas a nivel nacional, ya sea por niveles y dando prioridad a los cursos que se examinan al final del año académico o mediante aperturas localizadas en regiones con menos casos de contagios.

niña estudiando

Esas decisiones tienen unas enormes implicaciones sociales y económicas y tendrán efectos duraderos en los docentes, los niños y los jóvenes, sus padres y, de hecho, en la sociedad en su conjunto. De estas decisiones surgen diferentes configuraciones para el dictado de clases presenciales/a distancia, según la situación sanitaria.

Distintas configuraciones de la educación bajo emergencia sanitaria

Considerando las diversas posibilidades educativas que se enfrenta en esta emergencia sanitaria, García Aretio (2021) plantea situaciones de sincronía remota (clase a distancia en un horario determinado), propias del confinamiento estricto, hasta las previsiones posconfinamiento, de los sistemas rotatorios que garantizan mejor la distancia de seguridad sanitaria y diluyen la masificación. De esta manera, surgen diversas sugerencias de acciones educativas (UNICEF, 2020) y recomendaciones para llevar a cabo la reapertura de las escuelas (Bos, Minoja y Wilhelm, 2020).

1.- Configuración en tiempos de confinamiento estricto (fase roja)

1.1) Sincronía remota total: se viene imponiendo en muchos centros un modelo que convirtió la sincronía presencial (encuentro en un lugar y tiempo determinado) en una sincronía remota (a distancia, encuentro en cualquier lugar pero a una hora fija). Se trata de replicar toda la actividad del docente y estudiantes en el aula, mediante videoconferencia por ejemplo, en muchos casos respetando, incluso, la misma distribución y horarios de la época preCOVID.

1.2) Sincronía y asincronía: en formato síncrono, por ejemplo, las exposiciones, orientaciones y consultas del docente se presenta por videoconferencia, para realizar el resto de actividades también en línea, pero en formato asíncrono (disponible en cualquier horario). La hibridación o mezcla sería entre lo síncrono y lo asíncrono, más que entre la presencia (que no se produjo) y la distancia.

2.- En tiempos de posconfinamiento (apertura y aislamiento intermitente)

2.1) Por mitades, tercios, alternos: si nos referimos a los tiempos presenciales, la mitad de la clase o grupo de estudiantes (constituyendo burbujas) asiste por la mañana y la otra mitad por la tarde. Una mitad sería a distancia y según decisión, con formato síncrono o asíncrono. Esas rotaciones o alternancias pueden darse, en lugar de mañana y tarde, en días alternos de la semana, dividiendo el 5º día por la mitad, o haciendo ese 5º día de la semana en formato virtual para todos. Pueden rotar el 50% de los estudiantes, o un tercio cada vez, o el 25%, etc., según las necesidades y disposición de espacio físico. Las combinaciones son múltiples, rotación por semanas, por quincenas, meses, alternando el cuatrimestre/semestre, con diferente proporcionalidad presencia/distancia, etc. El formato síncrono se presenta como:

síncrono/virtual: a distancia y a la misma hora para todos.

hibridación síncrona o concurrencia/simultaneidad de aulas: la modalidad híbrida que supondría que mientras la mitad (o un tercio) de los estudiantes siguen presencial (en el aula física) las orientaciones del docente y dinámica del grupo, la otra mitad (o dos tercios) sigue esas mismas orientaciones y participa de esa dinámica, desde sus hogares en conexión síncrona (aula virtual), o mediante el sistema de “aulas espejo” (aulas replicadas) que se podrían establecer en locales, propios o no, de la misma institución. En ambas situaciones, la conexión sería en directo siguiendo la misma dinámica del grupo que asiste presencialmente;

opcionalidad: asisten a más sesiones presenciales aquellos que tienen problemas de brecha digital (de conectividad o de acceso a dispositivos), o determinadas dificultades de aprendizaje, problemas de conciliación familiar o, sencillamente, los que quieren asisten, y los que no, se quedan en casa.

2.2 ) Aula invertida: Si se opta por el formato asíncrono de esa mitad que trabajaría desde casa, podría tratarse de un modelo de aula invertida que se repetiría con cada grupo de forma idéntica y alterna, o con todos a la vez.

2.3) HyFlex (Hybrid+Flexible): esta modalidad sería un modelo combinado o híbrido pero adaptado a las posibilidades del estudiante. Es decir, el estudiante es más protagonista en la toma de decisiones en cuanto a su proceso de aprendizaje, puede decidir, por ejemplo, qué actividades en presencia o en línea, síncronas o asíncronas, qué porcentaje de sesiones en una u otra modalidad. Considerando el perfil del estudiante, esta modalidad sería conveniente para la educación superior y universitaria.

2.4) Modelo de lista de reproducción: muy similar al anterior, se trataría de una especie de rotación individual. Los docentes ofrecen a los estudiantes una secuencia de actividades de aprendizaje relacionadas con una unidad de estudio, que éstos podrán ir transitando a su ritmo. Esas actividades deberán ser de lo más variadas posible, individuales o grupales. El docente podrá atender a estudiantes individual o grupalmente, según se precise.

2.5) Presencialidad total: en este caso al primar la seguridad sanitaria se hará preciso, por la necesidad de guardar las preceptivas distancias físicas, multiplicar y adaptar los espacios, así como aumentar sustancialmente el número de docentes. Es una opción extendida en bastantes países, generalmente para los niveles inferiores del sistema educativo, pero su viabilidad es complicada para ser cumplida 100% durante un tiempo relativamente prolongado, dada la escasez de recursos e infraestructura.

A modo de conclusión

Luego de describir la situación inicial y las diferentes configuraciones que se pueden implementar en la educación remota, es preciso plantear que establecer la configuración de las clases en época de pandemia es un problema complejo que abarca otras cuestiones a tener en cuenta, ya que está definido en un contexto determinado (ciudad, región, estado provincial, estado nacional, etc.):

a) la brecha digital: donde se contempla las carencias de infraestructura (disponibilidad de equipos, espacio físico adecuado y acceso a Internet) tanto en los docentes como en los estudiantes, lo que resulta de una importancia decisiva para implementar las clases a distancia.

b) la brecha cognitiva: más allá de la brecha digital, queda en evidencia que los estudiantes tienen problemas al buscar información fiable u obtener las ideas básicas de varios sitios webs afines y contrastar sus diferencias para desarrollar el pensamiento crítico.

c) compatibilidad con otras actividades (planificación integral): las configuraciones educativas deben ser compatibles con las otras actividades que se desarrollan en paralelo, por ejemplo en las grandes ciudades se debe coordinar la cuestión del transporte de los estudiantes y docentes en las instancias presenciales con respecto al resto de los trabajadores para evitar aglomeraciones, la sincronización de los horarios de los padres de los estudiantes con el calendario educativo.

d) la educación emocional: las instituciones educativas, deberían trabajar más en las emociones de los estudiantes (educación emocional, mindfulness). La salud mental de toda la comunidad está en riesgo con la situación mundial que está pasando.

Para Naciones Unidas (2020) es probable que las clases se sigan produciendo cierres y aperturas sucesivos, dado que el virus y sus mutaciones sigue circulando. Algunos países tienen previsto poner en práctica un modelo híbrido o mixto de enseñanza, otros están reduciendo considerablemente el tamaño de las clases o impartiendo clases al aire libre, todo depende del contexto particular que se presente.

Lo que es relevante resaltar es que se necesita, al proponer una configuración determinada de modalidad remota, tener presente un proyecto de planificación estratégica (con objetivos, un cronograma preestablecido, planteamiento de actividades, procesos de seguimiento, constitución del equipo de trabajo y un análisis contextual) que considere todos los sectores impactados (padres, estudiantes y trabajadores en general) ya que la práctica educativa con todos los procesos involucrados que eso implica, es una actividad esencial para el desarrollo integral de todos y marcan el futuro progreso de la región.

Fuentes:

Por Luis R. Lara

Profesor e investigador sobre tecnología educativa. Coordinador de contenidos y de cursos de EduCOM

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