1.- La situación actual

En el contexto actual, donde ya transcurrió un año del comienzo de la pandemia por COVID-19, donde las clases en las instituciones de todos los niveles educativos fueron interrumpidas y trasladadas a la modalidad remota, surgieron las clases virtuales utilizando recursos que promueven la videoconferencia sincrónica, donde se trata de asimilar muchas estrategias de la modalidad de educación a distancia.

Estos encuentros a distancia develaron muchas carencias, dificultades y aciertos que existen en el sistema educativo, como afirma Daniel Cassany: “El mejor docente no es el que habla más o mejor, sino el que sabe organizar la clase para que hablen los alumnos con interés del contenido del programa. Dar clase hoy no significa dar lecciones magistrales, sino planificar actividades”, de lo contrario se producen consecuencias no deseadas como las cámaras apagadas y la fatiga Zoom.

Como expresa Cassany, mucha gente está descubriendo las posibilidades de la interacción digital o en línea. Pero también es cierto que es un cambio forzado, obligado, no voluntario y eso se nota en las formas de adaptarse. Entre las ventajas de la educación en línea está el acceso a todos los recursos de la red (aplicaciones y otros recursos útiles para el docente) como los simuladores PhET, el ahorro en tiempo, movilidad, papel, etc. Hemos escuchado varias veces lo de: “Esto ha venido para quedarse” o “Nunca habíamos tenido tanta participación en estas reuniones, cuando las hacíamos cara a cara”. Y entre las desventajas, la pérdida de empatía, contacto o emoción y calidad, todos los docentes estamos agotados del número de horas que pasamos pegados a la pantalla. En resumen, necesitamos que se “normalice” la situación para empezar a valorar qué deseamos hacer voluntariamente cara a cara y qué en línea, y si debe ser síncrono o no.

niña estudiando

2.- Algunas recomendaciones para docentes

De las experiencias relatadas se desprenden algunas recomendaciones para los docentes al emprender la clase remota:

1- Los docentes deben adaptar las clases presenciales a clases a distancia, no trasladarla directamente: como afirma Cassany “Tantas horas en línea seguidas no las aguanta nadie, hay que diversificar las opciones de enseñanza”. Por tanto, es importante que el docente pueda planificar las acciones, lo que se proporcionará en los encuentros presenciales y lo que se derivará a distancia; la selección de contenidos, actividades y recursos de acuerdo al programa establecido en este nuevo contexto.

2- En una clase, se le debe dar prioridad a las actividades asincrónicas, es decir aquellas acciones que no necesariamente deban coincidir al mismo tiempo, como la lectura de documentos, participación es espacios de debate, realización de cuestionarios de autoevaluación, entre otras. De esta manera, el estudiante tiene la posibilidad de flexibilizar sus tareas de acuerdo a las condiciones que permitan su contexto particular.

3- Los encuentros sincrónicos (que se realizan en un horario definido) con recursos como Zoom y Meet, por ejemplo, tendrían que ser opcionales y destinados fundamentalmente como contención emocional de todos los participantes de la clase, para que puedan interactuar los estudiantes entre sí y plantear consultas que se deriven. Esta opción también debe permitir grabar el encuentro para que todos los estudiantes tengan acceso a su contenido.

4- Las actividades grupales, colaborativas y cooperativas de los estudiantes a distancia, proporcionan una contención afectiva desde la distancia que impone la educación remota.

5- Los estudiantes tienen problemas para acceder a las clases remotas (falta de equipamiento, problemas de conectividad, espacio físico para realizar las tareas, etc.), lo que está provocando una alta deserción. Por lo que se debe contemplar tareas complementarias que se puedan realizar si están permitidos los encuentros presenciales.

Por último, se debe desmitificar el concepto de nativo digital, como afirma Cassany, el confinamiento ha mostrado la gravedad de la brecha digital, pero también debemos ser conscientes que este es solo un primer problema epidérmico, y que debajo hay otros incluso más graves. Cuando se dispone de una notebook, de buen wifi y de espacios para trabajar, entonces descubrimos que muchos chicos no saben usar estas herramientas para aprender sobre temas del currículum. Se trata de brechas cognitivas, de competencias o socioculturales. Quizá sepan usar WhatsApp o una red social para divertirse, pero no saben buscar información fiable u obtener las ideas básicas de varios sitios webs afines y contrastar sus diferencias para desarrollar sobre todo el pensamiento crítico. Lo que resulta un verdadero desafío para todos los estamos involucrados en la docencia.

Fuente:

  • The Clinic: Daniel Cassany y la educación virtual: “Tantas horas en línea seguidas no las aguanta nadie, hay que diversificar las opciones de enseñanza”. https://bit.ly/3tLg9LY
  • Foto de Julia M Cameron en Pexels

Por Luis R. Lara

Profesor e investigador sobre tecnología educativa. Coordinador de contenidos y de cursos de EduCOM

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